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Equilibrio entre vida y trabajo: ¿cómo conseguirlo?
Sutil, complejo, delicado: el equilibrio entre la vida personal y laboral es el balance entre el trabajo y otros aspectos de la vida de cada persona. Según los expertos, alcanzar un buen equilibrio entre trabajo y vida personal equivale a sentirse satisfecho en general con la rutina y a dedicar el tiempo adecuado a los distintos ámbitos de la vida: aficiones, familia, profesión, etc.
Escuchar las necesidades más profundas de uno mismo y darles el espacio que merecen no es fácil ni inmediato para muchas personas. La mayoría de nosotros hemos experimentado, al menos durante un tiempo, que nos absorben las tareas del trabajo y le damos prioridad absoluta al trabajo sobre todo lo demás.
He aquí 5 consejos que podemos adoptar para mejorar el equilibrio entre el trabajo y todos los demás componentes de nuestra vida diaria.
1. Prioriza
El equilibrio entre la vida laboral y personal es único para cada uno de nosotros; varía de una persona a otra y puede evolucionar con el tiempo, en función de nuestra situación personal y profesional.
Céntrate en lo que es importante para ti aquí y ahora: identificar los elementos de satisfacción e insatisfacción en tu día es el primer paso para saber dónde intervenir para mejorar tu rutina. Intenta hacer una lista de tus tareas habituales. Para cada una de ellas, hazte las siguientes preguntas ¿Qué importancia tiene en una escala del 1 al 10? ¿Es urgente o puedo posponerla? ¿Puedo delegarla en otra persona? Día tras día, descubrirás que si dedicas un poco de tiempo a priorizar, te resultará natural recuperar el control y mejorar las demás áreas de tu vida diaria.
2. Aprende a decir no
"¿Qué pasa si digo que no al compañero que me pide ayuda justo cuando apago el ordenador?". Probablemente nada, pero a muchas personas les cuesta hacerlo porque temen parecer maleducados, poco empáticos o desganados.
Ser capaz de decir no, no significa que tengas que menospreciar las necesidades de los demás, sino simplemente que valoras tu propio tiempo y necesidades. Y recuerda: poner límites no significa construir un muro infranqueable. Si decir no es una palabra tabú para ti, ten en cuenta que hay muchos matices de no. A veces un no es perentorio, y a veces no. A veces un no es definitivo; otras veces, es simplemente un ahora no.
Pruébalo: "Lamentablemente, ahora no puedo, pero mañana, o en cualquier otro momento oportuno, me tomaré un momento y te ayudaré con mucho gusto".
No dudes en que tu interlocutor lo entenderá.
3. Regenérate a través del autocuidado
"Hay que tomarse unas pequeñas vacaciones cada día", afirmó un psicoterapeuta.
Desconectar es necesario, pero a algunas personas les cuesta permitírselo.
Un par de horas para hornear un pastel, 20 minutos para un relajante baño caliente, un paseo por la naturaleza, algo de ejercicio físico para regenerar el cuerpo: no importa lo que hagas ni el tiempo que le dediques, lo importante es organizar -y disfrutar- tus pequeñas vacaciones diarias. "
4. Cuida tus relaciones con los demás
La socialización es un rasgo humano fundamental con profundas raíces.
El tiempo dedicado a las relaciones sociales es muy valioso -desde el café con los compañeros de trabajo hasta las veladas con viejos amigos y familiares- porque enriquece emocionalmente nuestras vidas y nos ayuda a conectar con los demás. No cortemos la socialización, cultivémosla.
5. Escucha lo que sientes
Como hemos dicho anteriormente, la conciliación de la vida laboral y personal es cambiante, por lo que es fundamental escucharse a uno mismo
constantemente. Si te sientes abrumado, habla con sinceridad de ello y haz saber a tus compañeros y jefes que pasas demasiado tiempo trabajando. Las empresas más avanzadas de hoy en día hablan con sus empleados y escuchan sus necesidades. Los directivos también saben que los que viven bien trabajan mejor. Un buen equilibrio entre trabajo y vida privada es ventajoso tanto para ti como para la empresa en la que trabajas
El cambio necesita tiempo, la vida de nadie se simplificará mágicamente de la noche a la mañana. Es importante ser constante e indulgente con uno mismo: alégrate de cada logro y de cada avance. Recalibrar tu vida diaria es un proceso largo, pero merece la pena el esfuerzo: día tras día te sentirás más consciente, sereno y en control de tu destino.
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